Su
hermano Javier se ha erigido en el único responsable del holding y ha
conseguido elevarlo a la cúspide empresarial a base de trabajo y dedicación.
Pero ese esfuerzo le ha pasado una factura que, unida al asesinato de su
esposa, provoca que desde hace un año busque refugio en el fondo de una botella
de vodka. La ira y la culpa han tomado las riendas de su vida... hasta que su
hermano Xander acude a su rescate y, obsesionado por ayudarlo a salir de la
rueda de autodestrucción en la que está inmerso, le aparta del mundo y la
rutina. Louisiana parece un buen punto de partida… Y allí conocerán a la única
mujer capaz de equilibrar las enormes diferencias entre sus mundos.
London McLane es una mujer irresistible. Posee un carácter y una tenacidad implacables, lleva una década luchando contra las secuelas de un terrible accidente sufrido cuando era una adolescente y ha decidido que es el momento de vivir la vida en toda su plenitud.
Los hermanos Santiago están más que dispuestos a ayudarla en todos los sentidos y ella se presta a todas sus sugerencias con la esperanza de poder recompensarlos con un amor limpio, capaz de sanar todas sus heridas.
Pero un asesino les vigila con la inquebrantable misión de destruir a los hermanos Santiago, su empresa y a la propia London. El miedo y el deseo se enlazan en sus corazones, pues saben que cada latido puede ser el último…
London McLane es una mujer irresistible. Posee un carácter y una tenacidad implacables, lleva una década luchando contra las secuelas de un terrible accidente sufrido cuando era una adolescente y ha decidido que es el momento de vivir la vida en toda su plenitud.
Los hermanos Santiago están más que dispuestos a ayudarla en todos los sentidos y ella se presta a todas sus sugerencias con la esperanza de poder recompensarlos con un amor limpio, capaz de sanar todas sus heridas.
Pero un asesino les vigila con la inquebrantable misión de destruir a los hermanos Santiago, su empresa y a la propia London. El miedo y el deseo se enlazan en sus corazones, pues saben que cada latido puede ser el último…
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